Ribagorza, una comarca marcada por sus tres importantes ríos: el Ésera, el Isábena y el Noguera Ribagorzana. Estos cursos de agua han sido no solo fuentes de vida para la región, sino que también han actuado como las arterias vitales que han dado forma a la mayoría de los asentamientos humanos desde la época medieval, definiendo así los tres valles principales que caracterizan la comarca en la actualidad.
Estos tres valles, imbuidos por la riqueza cultural y artística del románico, se erigen como testigos de una época dorada. Aquí, los monumentos románicos narran historias silenciosas a través de sus estructuras ancestrales. En este artículo de blog nos adentraremos en el fascinante valle de Isábena para explorar la profundidad de su legado románico y sus joyas arquitectónicas con siglos de historia.
Valle de Isábena
El Valle del Isábena, anidado en el corazón del Altoaragón, se erige como un testigo silente de la riqueza histórica y arquitectónica de la región. A lo largo de la ruta románica que se despliega desde Capella hasta el imponente Monasterio de Obarra, descubrimos no solo la belleza de sus paisajes, sino también la huella dejada por siglos de historia. Desde puentes medievales hasta catedrales y monasterios, esta travesía nos sumerge en un viaje a través del tiempo.
Capella: la puerta de entrada al valle
Los puentes medievales, testigos de épocas lejanas y guardianes de la historia, se erigen como verdaderas joyas arquitectónicas en Ribagorza. El primer paso en nuestra travesía románica nos sumerge en la historia y la arquitectura excepcional de Capella, un pequeño tesoro que nos da la entrada en el Valle del Isábena.
La bienvenida la ofrece un espectacular puente medieval de 8 ojos, una maravilla que se alza como uno de los tesoros más sensacionales de toda la región del Altoaragón.
Construido entre los siglos XIII y XIV, este monumento no solo ha sido un medio de travesía sobre las aguas del río Isábena, sino que ha sido la conexión vital entre la localidad de Capella y el resto de la comarca durante muchos siglos.
Con aproximadamente 100 metros de longitud, el Puente de Capella se presenta como un ejemplo magnífico del perfil medieval conocido como «lomo de asno». Su robusta estructura, consta de ocho ojos, siendo el central más amplio. La anchura excepcional de la calzada, casi tres metros, permitía el paso de carruajes y vehículos, otorgándole una importancia estratégica considerable ya que fue el vínculo entre comunidades, el camino que tejía relaciones y comercio.
A pesar de haber dejado de ser la principal vía de comunicación con la construcción de un puente más moderno en 1993, este puente sigue siendo una maravilla arquitectónica que conecta el presente con el pasado. Su importancia es tal que fue declarado Bien de Interés Cultural en 2002, y en 2004 se sometió a trabajos de consolidación para preservar su legado para las generaciones futuras.
Iglesia de San Martín, Capella
La visita a Capella no se limita solo al Puente Medieval; la localidad ofrece un viaje al pasado a través de su iglesia parroquial dedicada a San Martín. Una iglesia del siglo XIII ubicada en lo alto de la población. El campanario de piedra y ladrillo, añadido en tiempos posteriores, agrega una dimensión vertical a la estructura. La puerta románica en el costado meridional, que hasta hace poco tiempo estaba desgastada, ha sido restaurada para recobrar su esplendor original.
Este es un testimonio adicional de cómo Capella, con sus puentes y edificaciones, se convierte en un portal hacia la rica historia de Ribagorza.
Roda de Isábena: un pueblo con historia
Continuamos nuestro viaje hacia Roda de Isábena, pero antes de alcanzar este destino, nos encontramos con el icónico puente románico de Roda de Isábena, una joya que tiene sus raíces en el siglo XII y que experimentó una meticulosa restauración en 2008.
Con casi 20 metros de envergadura, este puente se erige majestuosamente sobre el cauce del río Isábena, deslumbrándonos con su singular arco ligeramente apuntado. Sobre esta imponente estructura, se despliega una antigua calzada medieval que se extiende a lo largo de 54 metros, tiene una anchura de 2,5 metros y se eleva a una considerable altura, alcanzando los 11 metros por encima del nivel del agua. Este puente, más que una simple obra de ingeniería, se revela como un testimonio vivo de la rica historia y la maestría arquitectónica de la época medieval.
Pasado el puente, nos encontramos con Roda de Isábena que ostenta el título de ser el pueblo más pequeño de España con una catedral. Esta localidad fue sede episcopal desde los siglos X al XII y residencia de los Condes de la Ribagorza. Su caserío, elevado sobre un promontorio, alberga la majestuosa Catedral de San Vicente, un testimonio imponente del románico.
La Catedral de San Vicente, fue construida principalmente entre los siglos XII y XIII. La cripta, resguarda los restos de San Ramón y presenta hermosas pinturas murales de época románica. El claustro, adosado a la iglesia, ofrece una elegancia austera y guarda inscripciones funerarias de gran interés.
Además de la catedral, Roda de Isábena nos invita a explorar el palacio prioral, el molino de aceite del siglo XVIII y los restos del Castillo, cada uno contando una historia única.
La Puebla de Roda, Serraduy y Beranuy: entre puentes e iglesias
En nuestro recorrido, llegamos a La Puebla de Roda, la capital del municipio del Isábena.
Pasado el municipio de La Puebla de Roda, llegamos a Serraduy. Un estrecho tramo del río ofrece una estampa encantadora junto a su puente medieval de tres ojos que nos cautiva con su belleza.
Más adelante, Beranuy nos recibe con una iglesia de origen románico lombardo y una bella torre medieval, un testimonio más de la riqueza arquitectónica del Valle del Isábena.
Monasterio de Obarra: Joya del Románico Lombardo
Nuestra travesía culmina en el Monasterio de Obarra, situado en un impresionante paraje pasado el pueblo de Clavera de las Herrerías. Esta obra maestra del estilo románico lombardo en Aragón, declarada Bien de Interés Cultural en 1931, se presenta como un santuario histórico.
La iglesia principal del monasterio, dedicada a Santa María, data del siglo XI y se compone de tres naves. Adosado a la iglesia se encuentra el Palacio Abacial, testigo de la vida monástica que alguna vez floreció en este lugar. Al sur, la ermita de San Pablo, construida en el siglo XII, aporta su propia presencia singular al conjunto.
El entorno natural que rodea el Monasterio de Obarra añade un carácter sublime a la visita. Situado en un paraje de imponente belleza, el monasterio se erige como un enclave histórico y espiritual que invita a sumergirse en la serenidad de su entorno, proporcionando una experiencia única para los amantes de la historia y la arquitectura románica.
En el interior del Monasterio de Obarra, destaca la venerada imagen de la Virgen de Obarra, que ocupa un lugar de especial devoción. La zona superior alberga el imponente Palacio Abacial, testimonio de la vida monástica que alguna vez prosperó en este recinto histórico. Al sur se encuentra la pintoresca Ermita de San Pablo, una estructura que añade su singularidad al conjunto monástico.
Históricamente, el monasterio contaba con un puente medieval sobre el río Isábena, que proporcionaba acceso a la zona del monasterio. Lamentablemente, este puente fue destruido por una crecida del río en 1964. No obstante, ha sido reconstruido en la actualidad, situado junto a un edificio popular utilizado para actividades juveniles, restableciendo así la conexión con la rica historia del lugar.
Se cuenta que la arquitectura del edificio no solo posee una belleza intrínseca, sino que también permite la observación astronómica. De manera notable, ofrece un calendario cristiano perpetuo, ya que la luz de la luna ingresa por la ventana central del ábside durante el segundo plenilunio de otoño, añadiendo un elemento celestial a la espiritualidad del lugar.
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La ruta románica a través del Valle del Isábena se revela como un viaje en el tiempo, donde cada rincón cuenta la historia de siglos pasados. Sumérgete en el Valle del Isábena, descubre el encanto eterno de sus tesoros románicos, los maravillosos alojamientos en Ribagorza y su deliciosa gastronomía. Entra en nuestra web y planifica tu viaje. En ella encontrarás todo lo que necesitas para organizar una escapada perfecta en Ribagorza. Hoteles en Ribagorza, casas rurales en el Pirineo aragonés, acogedores apartamentos, campings con todas las comodidades… ¡Visita Ribagorza y descubre el románico!